Visitar Santes Creus es revivir un tiempo en el que la pureza y el alejamiento del mundo se concretaban en un punto bien anclado en la tierra.
Con estas palabras describía un monje su visita al Monasterio a su regreso a Roma….
Tras un recorrido de unos 45 minutos en autobús llegamos a la Villa de Santes Creus, aunque desde lejos ya podíamos ver el objeto de nuestra visita. Fundado en el año 1160 preside la Rivera del Rio Gaia inamovible en el tiempo.
Al adentrarnos en sus muros, paseando por sus claustros podremos viajar en el tiempo y imaginar la vida austera y de dedicación al culto que llevaban los monjes Cistercienses.
Recorreremos las estancias mas importantes del monumento, cocina, dormitorios, la antigua capilla , los dos claustros, y los restos de las antiguas estancias, incluso la cárcel, donde los monjes se encerraban para escapar de las tentaciones terrenales.
También visitaremos el altar mayor ejemplo de la transición del Románico al Gótico, y donde encontraremos los Sepulcros Reales de los Reyes Pedro el Grande, Jaime II y su esposa Blanca de Anjou que se han mantenido intactos hasta la fecha, ya que fueron embalsamados por los monjes del Monasterio con ungüentos y aceites.
Después de la visita de unas 2 horas dispondremos de tiempo libre para recorrer las calles del pueblo, donde encontraremos productos artesanales como miel, carquiñoles, vino y vermut...